31

abner_Velez_Ortiz_cumpleaños_31Hoy cumplo 31 años.

No sé si debería celebrar… ¡yaaaaay?

A decir verdad, a diferencia de muchas otras personas, a mí no me gusta cumplir años. Supongo que es, especialmente, por la bonita fecha en la que me obligaron a nacer (mi parto fue por cesárea… larga, en serio, larga historia. Digno de un capítulo de «Mujer, casos de la vida real» protagonizado por mi sufriente madre). Quizá también porque, consciente o inconscientemente hago una evaluación de vida sobre mi aquí y ahora y descubro (¿o entiendo?) mi aquí y ahora.

También lee: Libertad

Evidentemente, no estoy donde quisiera estar. Sin embargo, he aprendido a disfrutar lo que tengo y a las personas que tengo a mi lado. No podría estar en mejor tiempo y lugar que este. Y sí, a veces pienso en lo que soñé tener para este momento de mi vida y me frustro, otras cuentas me enojo, pero la mayor parte del tiempo estoy feliz con lo que estoy viviendo, porque entiendo que para esta hora he llegado y para este tiempo nací —¡gracias, Marcela Gandara—.

05328-a1697b_0bee41a4504246849ef6d5fa4c677711mv2En este largo viaje, he comprendido a plenitud a qué se refería Dios cuando en Eclesiastés [8:6] dice que hay un tiempo y un modo para todo, incluso para aquellos momentos difíciles. Y claro, si sus pensamientos son de bien –Jeremías 29:11–, entonces entiendo que irremediablemente, y aún frente a mi toma de decisiones, Dios está en control y a cargo. Y claro, tampoco es una revelación súper potente y transformadora que nadie conocía, pero para una persona ansiosa como yo que se quiere comer al mundo de un bocado, esto es, sin duda, agua fresca en medio del desierto.

Cumplo 31 años y, por fin, puedo ver cómo Dios me catapulta a un nuevo capítulo de vida. Un viaje movido, más que nada, por Su palabra y sus promesas. Más que ayer, sé que todo lo que he recibido proféticamente está cerca de cumplirse, y no puedo estar más que emocionado por ello. No sé cuánto vaya a tardar en suceder, pero sucederá y estaré atento, más no ansioso, de verlo hecho, porque todas las cosas están hechas en Él.

No te pierdas: Descalificados

No quisiera sonar cursi pero, sé que enfrentó nuevos retos y obstáculos. Pero, como dice la canción [Good Grace], decido no escuchar al miedo, poner mi esperanza en el cielo. Decido, una vez más, ser valiente.

fc36d-a1697b_2f85951049df44d29f42c1f6c5ea87d7Hace un par de días compartí en un pequeño evento de jóvenes parte de mi testimonio. Nunca, en serio, nunca había sido tan vulnerable como lo fui este día. Jamás había contado ese capítulo oscuro y triste de mi vida que por muchos años fue una herida que no dejaba de supurar hasta que entendí que mi pasado no determinaba mi presente y no le tiraba, de ninguna manera, línea a mi futuro. Y es que a veces dejamos que sucesos del ayer marquen un estilo de vida que, aunque a veces parezca que es positivo y nos mantiene fuertes y firmes en apariencia, por dentro carcomen el alma y el espíritu. Ese ayer asesino que nunca deja de asediarnos.

Pero bien dice el dicho que el valiente vive hasta que el cobarde quiere. Y pues al sanar esa parte de mi historia, que no significa que lo olvidé, algo dentro de mí fue liberado y alguno de mis sueños, de esos que creía muertos, regresaron como Jon Snow (perdón, necesitaba usar la referencia). Como que por primera vez en muchos, muchos años, Abner tuvo pies y cabeza. Y respiré. Y fui libre.

No me gustan los cumpleaños. De hecho, detesto todo lo relacionado a ellos. Pero entiendo que el paso del tiempo es inevitable y, ahora que ya tengo canas, descubro que es verdad el dicho ese de que nos vamos haciendo cada vez más sabios. Y no, tampoco es que me sienta todo un señor (aunque ya llegué a ese punto de mi vida donde los niños me llaman «señor»), pero ves la vida con otros ojos, cambian tus prioridades, y sí, también los sueños cambian de forma. Madurar, supongo, es como le llaman a esto que estoy sintiendo en este momento de vida.

d2293-a1697b_368cb310f51840538c790a3fb0629f80

Hoy, más que nunca, amo las cicatrices de un pasado que es eso, ¡pasado! No las niego, sino las acepto en y con paz, consciente de que muchas de ellas son parte de mi construcción personal, profesional y social (sí, permanezco en un proceso de re-aprendizaje para ser «sociable» sin morir en el intento… o matar en el intento). Mucho tiempo dictaron agenda sobre mi vida, pero se acabó. Hoy, me digo a mí, y lo declaro, ya no soy esclavo del temor ni del dolor. «No escucharé al miedo, mi mirada pongo en el cielo. En Su gracia firme estoy». Me celebro por lo quien soy, por lo que soy, por como soy, donde estoy a donde voy. Hoy si me amo, me amo mucho. Pelón, con acné, gordo y canoso, me amo con locura, porque así me ama mi Padre en el cielo.

Semanalmente, en la comunidad donde me congrego, cuando termina la reunión hacemos una declaración que, sin duda, me catapulta para una semana llena de alabanza, gozo y esperanza. La quiero compartir por dos razones: 1) porque me la digo a mí mismo; 2) porque la quiero declarar sobre tu vida:

«Que el Dios vivo, creador del cielo y de la tierra. Que Él te bendiga y te guarde. Que Él haga resplandecer Su rostro sobre ti y tenga de ti misericordia. Que Él sonría sobre tus pasos y te dé Su SHALOM. Abner, has sido y sigues siendo EXTRAVAGANTEMENTE AMADO por tu Padre Celestial… ¡VE Y HAZ LO MISMO!

¡Eres la canción más bella jamás escuchada!

*Pitufresas*

Escribí este tuit pensando en dos personas que hoy extrañé mucho pero no están aquí porque, en efecto, han trascendido. Por eso, siempre apapachen a esos seres que dicen que son importantes en sus vidas y, especialmente, háganselo saber hasta que se harten de ustedes.

Allá donde estés Mamá I, te amo mucho. Pipi, nunca nadie dará “felipeterapias” como tú, te extraño harto.

Un comentario en “31

Deja un comentario